RÓMULO Y REMO

LEYENDA RÓMULO Y REMO

Cuenta la leyenda que Ascanio, hijo del troyano Eneas, fundó la ciudad de Alba Longa sobre la orilla del río Tíber. Sobre esta ciudad reinaron sus descendientes hasta la llegada de Numitor y a su hermano Amulio. Éste último, destronó a Numitor y para que no pudiese tener quien le robara el trono, condenó a su hija Rea Silvia a ser sacerdotisa para que permanezca virgen. 
Un día, Rea Silvia estaba durmiendo en la orilla del río cuando, el dios Marte (dios de la guerra) se quedó enamorado de ella y la dejó embarazada de los mellizos Rómulo y Remo. Cuando éstos nacieron fueron arrojados al Tíber dentro de una canasta para ser salvados ya que Amulio estaba matando a todos los herederos del trono. 
Cuando la cesta encalló, una loba se acercó a beber y viéndolos, les recogió y amamantó en su guarida del Monte Palatino hasta que les encontró y rescató un pastor cuya mujer los crió. Ya adultos, los mellizos repusieron a su abuelo Numitor en el trono y fundaron una ciudad en la ribera derecha del Tíber, en el lugar donde habían sido amamantados por la loba. 
Pero, cerca de la desembocadura del río había siete colinas: los montes Aventino, Celio, Capitolio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal. Ellos discutieron sobre el lugar en el que fundarían la ciudad así que decidieron consultar el vuelo de las aves. Rómulo vio doce buitres volando y Remo sólo divisó seis. Entonces Rómulo trazó un recuadro con un arado en lo alto del monte Palatino y juró que mataría a quien osase traspasarlo. Un día, Remo bajo el efecto del alcohol paso por el arado, entonces Rómulo no tuvo más remedio que matarlo. Lleno de tristeza y arrepentimiento lo enterró en la cima del monte Platino y le dio el nombre de ROMA a la ciudad. 
(Se dice que la loba que amamantó a Rómulo y Remo fue una humana. Ya que el término loba, en latín lupa también era utilizado para llamar a las prostitutas de la época.)